Barcelona vuelve a colocarse en el mapa internacional de la innovación cultural con el lanzamiento de Platform Dalí, un proyecto que nace con una misión tan ambiciosa como necesaria: tender puentes reales entre el arte y la ciencia, dos mundos que históricamente han caminado en paralelo, pero que pocas veces se encuentran de forma orgánica.
En una época donde la inteligencia artificial, la biotecnología y la digitalización avanzan más rápido que nunca, Platform Dalí llega como una respuesta fresca y creativa a una pregunta clave: ¿qué podría pasar si artistas y científicos colaboraran de verdad, desde la raíz, para crear nuevas ideas, obras y soluciones? La iniciativa quiere demostrar que la combinación de sensibilidad artística y rigor científico no solo es posible, sino que puede convertirse en el motor de las innovaciones más disruptivas de los próximos años.
Lo más interesante de esta plataforma es que no se queda en teoría. Desde su arranque, propone laboratorios colaborativos, espacios de experimentación, residencias artísticas con acceso a tecnología científica y encuentros donde ambos perfiles pueden confrontar ideas, inspirarse mutuamente y trabajar en proyectos conjuntos. La idea es romper clichés: ni el artista como “espíritu libre sin método” ni el científico como “mente fría y analítica”. Aquí todos aportan algo indispensable.
Los organizadores explican que Platform Dalí nace también para reivindicar la figura de Salvador Dalí, que no solo fue un genio surrealista, sino un auténtico adelantado a su tiempo. Dalí estaba obsesionado con la ciencia: la física cuántica, la tercera dimensión, la ingeniería, la percepción visual… Si viviera hoy, probablemente estaría fascinado con la inteligencia artificial, la neurociencia o los avances en computación. La plataforma quiere recuperar ese espíritu curioso, experimental y transversal que caracterizó al artista catalán.
Uno de los grandes objetivos es que Barcelona se consolide como un hub creativo-tecnológico de referencia global, donde no solo se diseñen productos, sino también relatos, experiencias, obras y proyectos que integren pensamiento científico y sensibilidad artística. En un mundo donde las ciudades compiten por atraer talento, Platform Dalí apuesta por crear un ecosistema donde investigadores, diseñadores, pintores, ingenieros, músicos, programadores o filósofos compartan mesa y trabajen juntos.
En sus primeras actividades ya se anuncian talleres sobre visualización científica, instalaciones que combinan algoritmos con técnicas pictóricas tradicionales, charlas sobre creatividad en la era de la IA y laboratorios para explorar las posibilidades del arte inmersivo con bases científicas. No es solo arte apoyado por tecnología; es un diálogo real donde cada parte influye en la otra.
Además, el proyecto tiene una dimensión social importante: busca que esta sinergia entre arte y ciencia no se quede en élites académicas, sino que llegue a estudiantes, colectivos emergentes y al público general. Para eso, Platform Dalí organizará exposiciones abiertas, actividades educativas y demostraciones donde cualquiera pueda descubrir cómo se construyen las obras híbridas del futuro.
Esta iniciativa nace en un momento clave. Con la inteligencia artificial cuestionando la autoría artística, la biotecnología abriendo debates éticos y la innovación tecnológica cambiando el modo en que producimos cultura, es esencial que exista un espacio donde podamos repensar qué es crear, para qué creamos y qué impacto tiene en nuestra sociedad. Platform Dalí no pretende resolver todas estas preguntas, pero sí generar las conversaciones necesarias para avanzar.
Más que una plataforma, parece el inicio de una nueva etapa para la creatividad en Barcelona y, por qué no, para las ciudades que decidan inspirarse en este modelo. Al final, lo que propone es sencillo y poderoso: que el futuro se construya mezclando talentos diversos, que las ideas fluyan sin fronteras y que la creatividad sea un puente entre realidades distintas.
Platform Dalí apenas comienza, pero ya apunta a convertirse en un punto de encuentro imprescindible para quienes creen que la innovación nace cuando dos mundos chocan… y crean algo completamente nuevo.